Karité, el secreto de belleza que todo el mundo debería conocer.
Al Oeste de África, en plena sabana arbórea, se encuentra un pequeño tesoro muy utilizado en cosmética por el sinfín de propiedades que presenta; es ni más ni menos que el Karité, conocido en esa zona como “el oro de las mujeres”. Desde tiempos inmemoriales, los pueblos africanos han utilizado la manteca de Karité para proteger su piel.
Después del artículo de hoy, no tendrás ninguna excusa para no utilizar este producto en tu rutina de belleza diaria.
Es un producto muy humectante, penetra profundamente en la piel y la hidrata; crea una película invisible evitando así la deshidratación y ejerciendo de escudo contra agresiones externas. como el frio, el sol o el aire. Debido a sus componentes grasos évitamos la pérdida excesiva de agua. Es ideal para las manos, ya que son una de las partes de nuestro cuerpo que están más expuestas y, por lo tanto, más castigadas. Es muy recomendable para pieles resecas y agrietadas. Por ello la crema de manteca de Karité es un aliado perfecto para cuidar nuestra piel.
Mejora notablemente la elasticidad de la piel gracias a sus propiedades nutritivas y al alto contenido en vitamina F. Puede ser un gran aliado en nuestra lucha contra el envejecimiento ya que es un regenerador celular natural; previene las arrugas y la flacidez y ayuda a eliminar las manchas; esas marcas odiosas de las que nos encantaría desacernos a todas.
Cabe destacar su poder suavizante y el brillo natural que aporta a la piel, devolviéndole así su tersura y rejuveneciéndola.
Parece un producto milagrosos, pero es tan real como la vida misma. Lucir una piel radiante nunca ha sido tan fácil.
